Mariel Armella En algún momento todos disfrutamos de nuestra adolescencia. Tuvimos bajones emocionales, primeros amores, frustraciones y celebraciones por nuestros logros. Las circunstancias más difíciles, sin duda fueron los efectos que nos provocaron cambios en nuestra vida a esa edad. Nuestros padres fueron nuestros héroes e incluso en algunas ocasiones nuestros némesis.
Hoy, soy yo quien tiene una hija adolescente ¿Que hago con mi hija adolescente? Inevitablemente llegue al mismo lugar que papá y mamá, ahora soy héroe y némesis.
En fin, recuerdo que los adolescentes casi siempre sufren por todo, en especial por el futuro. A esa edad, yo pensaba que a los 25 años ya tendría mi primer auto, un trabajo estable e incluso que estaría a punto de casarme. Cuando la realidad no se había pintado de esa manera. Mi hija lo propio, se preocupa tanto por el futuro que intenta correr en sus experiencias en vez de caminar y eso la lleva a la frustración.
La primera frustración de Nanny fue en su primera experiencia laboral. Ella junto a sus amigas del colegio decidieron vender chocolates para juntar una cantidad específica de dinero. La expectativa económica meta era tan alta, que no lograron reunir ni la mitad. De alguna manera me alegra, pudo darse cuenta que el esfuerzo tiene frutos con paciencia y resiliencia.
Nanny, por su primera frustración, experimentó el estrés; personalmente no recordaba que a esa edad éramos intolerantes a esa sensación. Reaccionábamos con agresividad y con ansiedad, no mediamos nuestras palabras y acciones. De esa manera podíamos llegar a lastimar a nuestros padres, así como hoy fui herida por mi hija.
Los primeros amores, de esos que piensan que es para toda la vida y que en algún momento se van a casar y tener su casita en algún lugar. A Nanny le acaban de romper el corazón, fue Raúl, su primer noviecillo. Entró en depresión y como madre me duele. Debo apoyarla.
Como padres es un acto de amor vivir la adolescencia con nuestros hijos. Apoyarlos en base a nuestra experiencia y guiarlos para que puedan crear sus propias herramientas para la vida. En algún momento fuimos adolescentes. Ahora es turno de ser héroe y némesis de amor.
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