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ME GUSTA PENSAR FUERA DE LA CAJA

Su pasión por el maquillaje, el no poder encontrar bases que le sienten a su piel y ver marcas con precios desorbitantes, la llevaron querer importar maquillaje en 2019.

Hoy contaremos un poco de la historia de Monica Sainz Torrico, una joven preciosa, carismática y muy sincera, quien encantada nos compartió toda su travesía para poder cumplir su sueño.

Moni, es economista de profesión, actualmente tiene dos trabajos, uno es en la rectificadora de motores de su familia y por su puesto su importadora de cosméticos Sainzbell.

Muy emocionada nos contó que la idea le empezó a rondar hace 3 años atrás, cuando le llega una paleta de sombras que una amiga le hizo traer del exterior y Moni quedó encantada por la calidad del producto y que además era asequible, “Lo que más rabia me daba es que tu ves marcas que en Estados Unidos cuestan 1 dólar y en Bolivia te lo venden en siete dólares” señaló, a eso sumado que en Bolivia no encontraba una base de maquillaje que le sentará bien sin marcarle las líneas de expresión con el paso de las horas.

Así que comenzó a indagar más sobre marcas y encontró Bell Cosmetics, una marca de Polonia que es la que actualmente importa, se contactó con la misma y tras meses en el intento, la marca le mando muestras de los productos para que pueda probarlos.

“A inicios del 2019 me respondieron, pedí unas muestras, porque no podía importar todos sus productos y paralelamente  empiezo a averiguar cómo se hace una importadora de cosméticos y Dios mío los trámites en Bolivia son muy burocráticos”, confesó.

Después de que Sedes le diera los requisitos de la ambientación que debía tener para abrir su importadora, pasaron varios meses para que pudiera encontrar el lugar correcto y adecuarlo a lo que le pedían, posteriormente quedaba el pago de la apertura de la importadora, esperar su cita para la inspección, hacer las correcciones solicitadas y esperar el informe final, para que, a causa de la cuarentena, todos los trámites realizados hasta el momento se paralicen por varios meses, hasta Septiembre del 2019. Finalmente en Febrero de este año, recién logró hacer la primera importación.

El apoyo de su familia fue vital para poder arrancar con su sueño, asimismo hubieron dos personas que la ayudaron mucho a decidir que productos debía traer, Bianca Mitlmeier y Silvi Guzmán fueron su “ojo clínico”, ya que nos contó que al recibir los productos de muestra, les dio una parte a cada una de estas maravillosas maquilladoras, para que los puedan probar y dar su retroalimentación.

Moni se define como una persona que le gusta pensar “fuera de la caja”, es algo que sus padres le inculcaron desde pequeña y que ahora le ayuda a analizar los pros y contras de todo lo que hace y si realmente vale la pena.

“Las mujeres unidas somos mejores y podemos llegar lejos, si alguien me dijera que quiere importar maquillaje le diría que le ayudo y que lo hagamos juntas, porque se pueden hacer grandes cosas, a parte hay tanto que se puede hacer” nos comentó.

Lo que más disfruta de su trabajo con la importadora es poder asesorar a las clientes y explicarles detalladamente cuales son los productos mas adecuados para su rostro.

Su sueño es que  su empresa no tenga una estructura tan burocrática, donde haya compañerismo y transparencia, pero además generar trabajo y que crezca exponencialmente, traer más marcas y cambiar el mercado cosmético en el país.

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