Una dieta completa es esencial para el desarrollo físico y emocional de los pequeños. Una nutrición adecuada desde los primeros años previene enfermedades como la obesidad y la diabetes, además de ser fundamental para un buen crecimiento y desarrollo.
¿Qué podemos hacer para implementar buenos hábitos alimenticios a nuestros hijos?
- ESTABLECER UN HORARIO REGULAR DE COMIDAS
Tener horarios definidos para las comidas es una práctica fundamental para inculcar buenos hábitos alimenticios. Este enfoque enseña a los niños a reconocer sus señales de hambre y saciedad, lo que mejora el control sobre su apetito y favorece una digestión adecuada.
- INCLUIR A LOS NIÑOS EN LA PREPARACIÓN DE LAS COMIDAS
Los niños aprenden a valorar los ingredientes y los beneficios de una dieta saludable. Además de adquirir habilidades básicas en la cocina, tienen la oportunidad de familiarizarse con los alimentos y comprender cómo una buena alimentación puede beneficiarles.
- USAR UTENSILIOS DE COMIDA LLAMATIVOS Y CÓMODOS
Optar por utensilios coloridos y funcionales puede ser una estrategia efectiva para fomentar hábitos saludables. El uso de platos, cubiertos y vasos atractivos y fáciles de usar puede hacer que los niños se entusiasmen más al comer, estimulando su interés por probar nuevos alimentos.

- OFRECER UNA AMPLIA VARIEDAD DE ALIMENTOS NUTRITIVOS
Es importante que los niños se acostumbren a consumir una variedad de frutas, verduras, cereales y otros alimentos que aporten los nutrientes necesarios para su desarrollo. Desde pequeños, los niños deben familiarizarse con la diversidad de alimentos que requieren para una nutrición óptima.
- CREAR UN AMBIENTE AGRADABLE DURANTE LAS COMIDAS
El entorno durante las comidas es crucial para que los niños disfruten de la hora de la comida. Un ambiente relajado y alegre facilita que se sientan cómodos y motivados para comer. Evitar distracciones como la televisión o los dispositivos electrónicos y fomentar la interacción familiar contribuye a una mejor experiencia.
- EVITAR USAR LA COMIDA COMO RECOMPENSA O CASTIGO
Es importante no utilizar la comida como una herramienta de control, ya que esto puede tener efectos negativos en la relación de los niños con la alimentación. Cuando la comida se asocia con premios o castigos, se distorsionan las percepciones sobre su verdadero valor y propósito.